Por Oscar Aspillaga
Nunca he sido muy asiduo al teatro. No es porque no me guste, sino que a veces uno tiene otros gustos, en mi caso, ir a conciertos de música, por ejemplo. Pero dada mi “deformación” periodística, junto con mi interés por las expresiones culturales nacidas en Valparaíso, conozco algunas compañías teatrales, sus trabajos y a las personas que están ligadas a ellas, por lo que cuando supe que La Peste Teatro iba a realizar una obra por streaming, Hacha. no dudé en hacerme parte.
Luego, me enteré que Christian Verdejo, a quien hace años entrevisté para La Juguera Magazine, estrenaría una obra online, Cordón Sanitario, por lo que me interesó ver su obra a cargo de su compañía Teatro Conciencia.

Tengo que decir que, por cosas de la pandemia, se quedó en mi casa un proyector, así es que vi ambas obras en pantalla gigante, con parlantes, algo para comer y tomar. Sin duda muy diferente a ir al teatro, mejor o peor, cada quien puede sacar sus propias conclusiones, pero creo que la experiencia no hubiera sido la misma viendo desde la pequeña pantalla de mi computador. Además, si agregamos que no era el único espectador en mi sillón, no hubiera sido muy cómodo verla sin el proyector.
Otro aspecto no fácil de conciliar en las versiones por streaming, desde el punto de vista de los creadores, es el sonido de las obras, algo que en todo caso, le pasa lo mismo a las y los músicos con sus transmisiones: el equipamiento necesario para lograr sonar bien no es fácil de conseguir ($) ni de utilizar. Además, las medidas de distanciamiento social imposibilitan el que muchas personas se reúnan y eso atenta para intentar buscarle solución a este problema técnico. Sin duda es un tema a trabajar.
Y a pesar de este distractivo, me llamó la atención los ángulos de cámara. En Cordón Sanitario la cámara en movimiento sorprende. En Hacha, un plano fijo se rompe solo al momento final cuando cae al suelo. En ambos casos saltan a la vista las actuaciones de las protagonistas (Katty López de Hacha y Macarena Paredes de Cordón Sanitario), las que destaco sin duda. Como también el atrevimiento de ambos montajes. No debe ser fácil crear cuando no se tiene el escenario para ensayar o mostrar su arte de la forma en que estamos acostumbrados.
Las escenografías por su parte aportan a la experiencia. Sencillos recursos que se utilizaron de manera correcta. Si bien ambas obras no tienen temáticas similares, sí pude de alguna manera sentir el encierro que ambas protagonistas quieren transmitir en sus actuaciones.
Si ambas compañías teatrales se atrevieron, ¿por qué no el público? Yo me entretuve, fue bacán tener un panorama teatral desde la casa, dos sábados en la noche.