La recién estrenada Área de Creación e Investigación en Artes Escénicas del Parque Cultural de Valparaíso invitó a tres mujeres artistas para que desplieguen un proceso de creación en formato de residencia en sus instalaciones, basado en un diseño curatorial que determinará conceptualmente las prácticas de los y las artistas convocadas para la residencia.
Se trata de un inédito programa piloto que busca potenciar el acervo creativo de la ciudad y región, y la sistematización de los procedimientos de sus artistas escénicos. Este espacio plantea un contacto permanente con creadores y creadoras del territorio, con un plan de gestión e implementación vinculado directamente a los procesos creativos de las residencias desplegadas.
Las tres artistas invitadas para ejecutar estas residencias creativas son Javiera Vilches Suárez, Pita Torres, y Denisse Duarte Medina.
–Con respecto al cruce de miradas y la idea de poder compartir en un espacio de residencia creativa ¿Qué esperan de este proyecto y cuál es el aspecto más interesante que les hace querer ser parte de él?
DD.: “La invitación fue a crear un trabajo nuevo a partir desde cero, no ha completar procesos que tengamos en marcha ni a desarrollar alguna idea que tengamos en el tintero, sólo tomar como disparador el diseño curatorial y empezar desde ahí en un escenario desprovisto. Me pareció interesante una invitación a olvidarte de todo lo que estés haciendo y pensar esta otra cosa. Compartir las experticias y aportes con mis compañeras de residencia es de suma importancia, sin duda un atractivo pues conozco con anterioridad el trabajo de Javiera y Pita. Ahora las tres tenemos el mismo estímulo de partida, por lo tanto no puedo esperar más que tener buenas sorpresas durante todo el proceso. Sorprenderme y valorar nuestros procesos, intercambiar visiones, ya que finalmente son siempre la cara menos vista del trabajo escénico”.
PT: “Espero poder tener un proceso de trabajo amable, de mucha conversación y pensamiento activo, pensarnos el cuerpo como territorio. Me interesa mucho la singularidad, que ese sea nuestro proyecto y además aprender de la singularidad del otro, entrar allí, que sea un amigo de un proceso posible. Hay muchos aspectos que me hacen ser parte de este proyecto, pero uno de ellos es la presencialidad, crear paisajes nuevamente juntes, aunque sea por un rato. Estar juntes, se echa de menos”.
JV: “Creo que el espacio de residencia es una oportunidad muy importante para reencontrarnos en el trabajo exploratorio y de colaboración en tiempos en los que se nos ha dificultado mucho el quehacer escénico. Después de tanto tiempo en encierro ese fue el primer impulso que me motivó a ser parte de este proyecto, donde espero poder propiciar un espacio de compañerismo dentro del equipo de trabajo y donde podamos nutrirnos creativamente. La idea es acompañarnos y recordar en la resistencia -a mi parecer, ineludible al teatro- la imaginación como nuestra herramienta de lucha en un contexto político, económico y social tan difícil y frágil”.
–¿Cómo se sitúan creativamente respecto del diseño curatorial propuesto en la residencia (poner el cuerpo en el futuro)? ¿Cuáles han sido las primeras pulsiones y/o imágenes que te han aparecido sobre el trabajo?
DD: “Probar libremente, no tener miedo a equivocarse, todo sirve y es parte del proceso, probar, probar y probar. De alguna manera se ha hecho patente en esta residencia artística el valor del proceso del trabajo de creación. Que las directoras nos hayamos dado el mes de julio para trabajar solas me parece muy decidor. Desde allí mi postura expuesta es que la proyección del estreno de una obra es siempre una proyección de futuro, por tanto trabajamos para el futuro. Que el acto de imaginar es una parte fundamental del trabajo escénico y que a pesar de eso, no tiene el lugar que se merece. Imaginar en este tiempo, en todos los tiempos, es subversivo. Destinar deliberadamente un tiempo durante el día a imaginar, porque eso forma parte de tu trabajo, es una barricada monumental. Mi primer paso en esta residencia entonces es imaginar una puesta en escena. Desde ese primer paso, teniendo como estímulo el diseño curatorial, se van desprendiendo textos, cuadros, movimientos, referentes…la escena y el resto es parte de este viaje”.
PT: “Llevo años trabajando sobre el futuro, sobre el pasado, el presente, sobre lo cíclico, sobre cómo no insistir solo en una cosa, más bien mezclarlas y salir siempre a la luz. Las primeras pulsiones siempre son el cuerp_ (sic) y con el cuerp_ y de que es capaz el cuerp_. Poder ver nuestras alegrías activas, entrar en el mundo de las potencias, ver cuáles son nuestras líneas de fuga y cómo somos capaces de escapar para minar las capturas que nos conforman. Construir siempre un nuevo cuerp_ , que es por contagio, por propagación, no es filiativo ni hereditario, no es reproductivo, hay que hacer un poblamiento por contagio y mientras más amplia sea la relación de los cuerp_s con otros cuerp_s, mientras más son las afecciones, más posibilidades posee nuestr_ cuerp_. Hay mucho imaginario por ahora, no sé si podría contar lo que realmente quiero hacer, es una práctica viva, pero si pienso en muchas preguntas: ¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Qué hago en este planeta? ¿A qué me puede colgar? ¿Qué hacen ustedes con su singularidad, con su nacimiento, con su muerte? ¿Qué hacen ustedes con ustedes mismos? ¿Qué hacen ustedes con su propia locura? ¿Qué hacen ustedes con su deseo? ¿Cómo se defienden en esta sociedad que nunca nos ha enseñado a defendernos?”.
JV: “Me parece estimulante pensar el futuro en un hoy permeado por la incertidumbre y donde los cambios que creíamos lejanos parecen estar más cerca de lo que creíamos desde la revuelta social. Desde ese lugar, creo importante reapropiarnos de nuestra libertad de imaginar cómo queremos habitar el mundo. Por esta razón he comenzado a indagar en el universo de la ciencia ficción como un espacio donde podamos desafiar los límites de lo posible para soñar un mundo diferente. Creer que existen mundos posibles dentro de la lógica y que el cuerpo como contenedor de pasado, presente y futuro, puede generar una galaxia infinita de posibilidades. Mis proyecciones están en generar más preguntas que respuestas que estimulen la búsqueda creativa de cómo sería una ciencia ficción de nuestro territorio como latinoamericanos y latinoamericanas”.
Según sus puntos de vista y tomando en cuenta las características esenciales del proyecto ¿Cuál es el valor de este programa de residencias? ¿Y en qué se traduciría para el desarrollo de las artes escénicas y los procesos creativos de la ciudad?
DD: “Siempre son necesarios los espacios para la experimentación en todas las artes, por tanto es bueno para los y las creadoras de la ciudad en la medida que se instale como un programa en el tiempo, incorporando las miradas de las comunidades artísticas para que así se extienda a las otras ramas de las artes escénicas y que se faciliten los canales de producción posteriores al término de la residencia. Al final de este año compartiremos tres experiencias escénicas con estéticas y puntos de vista distintos pero que habrán tenido la posibilidad de dialogar, de abrir las formas creativas a distintos públicos en práctica y reflexión y eso sin duda es un aporte”.
PT: “Es interesante que nos pensemos los procesos creativos como prácticas sensibles, en donde no se separa la vida del arte, la teoría de la práctica, en donde no hay una tierra prometida, donde te pierdes, donde hay un permanente nomadismo, un permanente desplazarse, saltar de un círculo a otr_ , salir del centro, expandir los círculos o espirales para que nuevos círculos se dilaten o para que los antiguos sean realimentados, eso es la práctica que se propone aquí, además pensarnos el futuro, pensarnos como podemos seguir viviendo en medio de este caos, aprender, obtener más conocimiento, saber cuáles son nuestros amigues, nuestra pueblada, para vivir una vida que valga la pena vivir.
Arriesgar más las prácticas, estar más en el proceso, que la práctica sea entendida no solo como algo escénico, que queda como una muestra donde se plantea una propuesta, sino también el performers tenga una transformación, que el artista/oficiante que ya está cargado con una memoria ajena, se cruce con el espacio, utópico, ritualesco y de purificación , para despedir un cuerp_ , agradecerle a la tierra por el conocimiento que nos ofreció, y salir a luz con otro cuerp_, esto es un rito de réplica de construcción, deconstrucción y reconstrucción, por lo tanto la propuesta se convierte en un rito incorpóreo, no es solo el acto de mostrar, de hacer, de bailar, de actuar, sino más bien es una potencia singular la que asegura el paso hacia el otr_ espacio posible, ese otro cuerp_ para ver lo múltiple que somos , que la práctica sea un lugar en el que todo puede suceder”.
JV: “Considero que el valor del programa radica justamente en poner el foco en los procesos creativos. Esta idea de des jerarquizar el estreno como único objetivo en el quehacer teatral fomenta lo procesual como un espacio político donde se tensionan distintas ideas creativas de todo un equipo, convergen distintas voces y multi autorías de todos los elementos que componen la escena más allá del resultado final. Visibilizar los espacios de creación escénica en Valparaíso invita a quebrar con los parámetros efectistas que considero cierran mucho el espacio teatral, con ideas preconcebidas que muchas veces nos limitan a solo un único camino. Pienso que todo transmuta durante los procesos creativos a través del ensayo y error. Sentirnos con esa libertad de imaginar en un espacio que propicie seguridad y diálogo. Finalmente lo veo como instancia de hacer más comunidad que solo ser productores de estrenos”.
Javiera Vilches Suárez es actriz, licenciada en Teatro con mención en Dirección Teatral de la Universidad de Valparaíso. Con experiencia en apoyo docente en la asignatura de Actuación en la Escuela de Teatro de la Universidad de Valparaíso, y con la participación del encuentro pedagógico de la Agrupación Cultural Yuyachkani en Lima, Perú. Actualmente se encuentra en procesos creativos para futuros montajes del colectivo Estudio Creativo, La concreta y la Cía. Teatrósfera de Valparaíso.
Pita Torres es creadora escénica, performer y bailarina. Se formó como intérprete en danza en Barcelona desarrollándose como bailarina y coreógrafa. En el año 2014 se instala en Valparaíso, dedicándose a la creación, interpretación y a la docencia apostando por un proyecto de autoría, concentrando su interés principalmente en trabajos que dialogan entre la danza y la performance abordando la improvisación como práctica escénica.
Denisse Duarte Medina esgresada del Teatro Escuela La Matriz, de Valparaíso. Licenciada en Estudios Escénicos de la Universidad Mayor. En pedagogía ha trabajado como profesora ayudante en universidades y realizando proyectos de talleres para jóvenes y adultos. Entre sus proyectos personales se encuentra la idea, experimentación y realización de instalaciones plásticas luminosas y laboratorios privados. También realiza investigaciones teóricas en torno a la memoria y el documento.