Space Invaders: 100 puntos por cada uno de nosotros

Por Franco Fuentes Acevedo *

Producida por la compañía La pieza oscura, dirigida por Marcelo Leonart y escrita por Nona Fernández, Space Invaders se nos presenta como una mirada aterradora hacia la infancia vivida en dictadura, este momento que marcó a todos los chilenos y cuya experiencia sería transmitida como tradición a las generaciones venideras. 

Nostálgica y cruda, la propuesta escénica nos posiciona frente a cuatro mujeres de mediana edad que, a través del recuerdo como trance o sueño escapista, rememoran los crueles hechos que marcaron sus juventudes, así como las juventudes de una generación completa de chilenos que vivieron la época como infantes en desconocimiento de lo que sucedía a su alrededor, siendo enfrentadas contra la vorágine dictatorial mientras crecían.

“Somos gente cansada, no nos queda tiempo para el recuerdo”.

Space Invaders es una reescritura de la infancia de la autora, quien nos muestra cómo un grupo de compañeras de curso va madurando y a su vez dándose cuenta de los crímenes e injusticias que se ejercen a su alrededor en plena dictadura de Pinochet. El odio y la desesperación marcan a los personajes que, desde el futuro, visitan de manera episódica, sucesos y momentos específicos del periodo 70s – 80s que las afectaron para siempre.

“Somos la pieza de un juego, pero aún no sabemos de cual”.

Las actrices Carmina Riego, Roxana Naranjo, Francisca Márquez y Nona Fernández encarnan estos sentimientos de manera perfecta, otorgándole una emotividad a la obra que es proyectada a los espectadores como una liberación emocional de aquellos sentimientos que, hoy en día, siguen igual de vigentes como hace décadas. 

“Nadie recuerda cuándo, pero de repente aparecieron los ataúdes y las coronas de flores. O tal vez, siempre estuvieron ahí”.

El ritmo de la obra mezcla congoja y desesperación con situaciones conmovedoras y nostálgicas, generando que sea imposible distraerse debido al huracán de sentimientos que se expulsan en escena, y por episodios que llegan a su punto más alto en el grito de Francisca Márquez: “¡Pacos conchadesumadres!”.

Space invaders es una dramatización que debe ser vista tanto por su calidad como obra, con actuaciones impecables y una dirección extraordinaria; como por su reflexividad en torno al registro de una generación en dictadura. 

La introspección constante con la que obra dialoga permite cuestionarnos nuestra sociedad chilena contemporánea desde la memoria como registro de una herida abierta aún, que pareciera repetirse constantemente como si estuviese escrita en nuestra piel.

* Este texto fue elaborado en el contexto del Festival Quilicura Teatro Juan Radrigán por participantes del Curso de Crítica Teatral impartido por Javier Ibacache.

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