Quillota: La ciudad que sueña con la felicidad

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Empeñada en hacer un cambio cultural desde la raíz, la autoridad comunal de Quillota trabaja hace 10 años en potenciar su identidad local a través de la felicidad de la persona. Para lograr esta “rentabilidad humana”, cuentan con casas de acogida gratuitas, un “banco de amor” y la asesoría del reconocido biólogo chileno Humberto Maturana.

Escribe y fotografía Carolina Torres

En 1980, Quillota convirtió a uno de sus mayores testigos en una obra de arte. Durante 200 años, desde el silencio de su existencia, en plena Plaza de Armas, un ciprés había observado la vida de todos los quillotanos. Pero en 1979, un inmenso temporal cortó sus raíces de la tierra y lo dejó en el suelo. Fue la artista Lidia Pessoa quien talló a mano su tronco caído y lo convirtió en una instalación permanente, que conserva las huellas de una ciudad que pasa y sigue latiendo sobre sus nuevas construcciones.

-Los rostros del árbol los esculpí para que las personas tuvieran una libre interpretación de ellos. Algunos profesores muestran la escultura a sus alumnos como si fuera un sol con astros; un poeta porteño dijo que eran ángeles. Eso es bonito, expresa Lidia.

En la historia de varios pueblos antiguos, el ciprés era considerado el árbol de la vida, de la unión entre los mundos y la inmortalidad. En Quillota, a través de los rostros tallados, el ciprés simboliza vivencias pasadas, un pedazo de tiempo, los cambios trascurridos en la ciudad a través de sus casi 300 años. Historia que actualmente habla de un ímpetu vitalizador en torno a uno de los ideales más buscados por el hombre a lo largo de su existencia: la felicidad.

Hace 10 años que esta comuna de tradición agrícola –que en sus mejores tiempos contaba con un abundante río Aconcagua, actualmente casi seco–trabaja, desde su motor municipal, para convertirse en un espacio más amigable y colaborativo. Lideradas por el alcalde Luis Mella Gajardo, médico de profesión y elegido como la máxima autoridad comunal consecutivamente desde 1991, las instancias solidarias abundan. El concepto tras éstas es construir una ciudad que con acciones concretas logre dirigir a sus habitantes a encontrar la felicidad. Lidia confirma este plan como una realidad y asegura: “Esta ciudad es alegre y solidaria. El alcalde es un hombre sensible y eso ha llevado a que se hagan gestiones que ayudan a la gente”.

Para Carlos Carmona Bermúdez, director de comunicaciones y cultura del municipio local, el tema es claro: “Lo que queremos en Quillota es generar un cambio cultural y pasar de la competencia, que nos impone la sociedad de consumo, a una sociedad de colaboración. Que las personas nos reconozcamos por lo que somos y, de paso, seamos capaces de disfrutar de la felicidad del otro y abrir un espacio a la solidaridad, porque estamos convencidos de que llamar a ser solidario es un motor de cambio”.

Para lograr aquello, construyeron dos instituciones emblemáticas. La primera consiste en dos casas de acogida para enfermos terminales. Estos lugares albergan a diferentes personas que no tienen donde vivir y ser cuidadas. Los pacientes son atendidos por profesionales, quienes con cariño y buena gestión logran que todos los asistidos enfrenten su vida con dignidad y amor a pesar de las carencias o, muchas veces, el abandono. La segunda institución se llama “Banamor”. Es un banco de amor, donde la comunidad es invitada a depositar afecto y tiempo para quienes más lo necesitan. Banamor tiene un programa de voluntariado para jóvenes, es un lugar de acopio de donaciones y asiste a personas en situación de calle. Cada vez que ocurre una catástrofe a nivel nacional, desde allí se gestionan las campañas. Otros lugares que se han instalado desde y para la solidaridad, son un centro médico para el adulto mayor y casas de desintoxicación, donde, además de sanar a los pacientes, se les busca trabajo a los que son dados de alta.

Uno de los últimos departamentos municipales en comenzar a trabajar en propagar este ideal, es la Unidad de Gestión Institucional, liderada por Paola Pizarro. Asistente social de profesión, junto a otros profesionales, Paola trabaja para vincular la temática de la felicidad con otras ciudades, empresas y académicos interesados en la propuesta:

Nosotros queremos promocionar la felicidad hacia afuera. Queremos generar una red nacional y una masa crítica. Hay que cambiar el paradigma que actualmente no funciona. Queremos entablar conversaciones con gente especializada y que la comunidad también participe con más fuerza. Muchas veces cuesta que nos tomen en serio, hasta que la gente ve las cosas e instituciones que hemos creado para este propósito, aclara Paola.

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EL TRABAJO CON MATRIZTICA

El municipio también hace un trabajo interno para encontrar la felicidad. Han realizado diversas evaluaciones en torno a sus índices de rentabilidad humana, “pues una persona feliz, vale más que cualquier otra cosa”, aseguran. Durante el año pasado contrataron los servicios de Matriztica, institución cofundada por el reconocido biólogo Humberto Maturana que se dedica, entre otras cosas, a realizar consultorías sobre el bienestar y la cultura sustentable dentro de las organizaciones, basadas en la biología cultural, término que Maturana describió como el origen de lo humano.

El Premio Nacional de Ciencias (1994) visitó la ciudad y conectó amigablemente con su modelo solidario. Los funcionarios municipales fueron asesorados con el fin de convertir su clima laboral en un espacio propicio para impulsar esta temática en la comunidad. Fue un trabajo teórico, que tenía una segunda etapa práctica, donde se proyectaba, entre otras cosas, la creación de un centro de estudios matrísticos en la ciudad, pero solo se concretó el trabajo interno del municipio.

Motivados por Matriztica y por sus propias gestiones donde prima el ser humano, Quillota sigue teniendo encuentros con diversos actores de este ámbito de estudio. Sobre este punto Paola asegura que trabajar con Maturana les abrió puertas: “Tras su llegada nos vinculamos con muchas personas que también están interesas en esta temática”.

Actualmente, la municipalidad de Quillota se encuentra armando lazos y gestionado el Encuentro Internacional de Municipios por la Felicidad (8 y 9 de octubre), junto con el Instituto del BienEstar, organización que trabaja e investiga sobre las relaciones saludables y la felicidad. Estas y otras prácticas para tener una comuna más amigable, son reconocidas por los quillotanos quienes ven cambios en la ciudad. Para Constanza Andaur, quillotana por opción, “Quillota es más feliz y solidaria que otras ciudades. La gente anda más relaja y sabe vivir de manera alegre con las cosas que tiene”.

*Reportaje publicado en La Juguera Magazine nº 10

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