
Por Pedro Donoso, filósofo y docente: ofició de coordinador de Bridges Borders Valparaíso
Introducción territorial: ¿Por qué Valpo?
La muestra Of Bridges & Borders recupera a Valparaíso como un lugar abierto al mundo. Una ciudad históricamente poblada a través de la inmigración, genera mestizaje, intercambios, puentes entre culturas e identidades. Es decir traza nuevamente las fronteras que separan lo propio y lo otro. De cierto modo, Valparaíso es la ciudad cosmopolita de Chile por antonomasia en cuyas calles hay vestigios de distintas naciones y credos. Mucho antes que Santiago, Valparaíso fue una ciudad abierta, un puerto de flujos e intercambios. Of Bridges & Borders se sirve de esa referencia histórica como una oportunidad significativa que le permite instalarse en una ciudad cuyo territorio está marcado desde antaño por una necesidad de intercambio cultural.
Por otra parte, no hay que olvidar que la designación patrimonial de la UNESCO señala a Valparaíso como uno de los primeros ejemplos de sociedad globalizada. Precisamente, el proyecto Of B&B busca operar bajo la lógica de un mundo donde las fronteras se han visto relativizadas por la irrupción de las nuevas tecnologías, por los flujos migratorios, por la fuerza de la imaginación, por las posibilidades de ir más allá. El arte, como una forma de hibridación cultural, se muestra como espacio privilegiado para actualizar la noción de puente y frontera en la medida que ambos conceptos representan una oportunidad de intercambio, un desafío a la noción de identidad.
Un proyecto en transformación
Es preciso señalar que Of Bridges & Borders es un proyecto en permanente mutación. Eso quiere decir que cada vez que se instala en una ciudad, aunque se alimenta de las experiencias precedentes, presenta una nueva exposición bajo un formato renovado: varían los espacios, los artistas, las obras. Cuando hablamos de un proyecto transfronterizo se busca poner de manifiesto el desafío a aquella lógica convencional que concibe toda exposición como una muestra cerrada; la disposición de objetos con un recorrido definido.
A decir verdad, no existen dos ediciones de Of Bridges & Borders iguales: un proyecto que cambia es siempre único. Basta acudir a la página web www.ofbridgesandborders.com que contiene los capítulos previos para darnos cuenta de que cada exposición se lanza a una nueva aventura. Por eso es importante subrayar que Of Bridges & Borders no busca trasladar piezas que se cuelgan en un lugar y después en otro. Más bien se trata de renovar las preguntas sobre las condiciones del mundo actual a través de una dinámica expositiva que reproduce el propio dinamismo de la realidad circundante.
Por eso los trabajos que se presentan en el Parque Cultural son, en su mayoría, nuevos. Ai Weiwei, Erick Beltrán, Eduardo Basualdo, Matías Duville, Yuan Shun, Séverine Hubard, Lang/Baumann, Patrick Steeger, Rodrigo Vergara… colaboran con piezas realizadas específicamente para Of Bridges & Borders en Valparaíso. En esa medida, son obras que carecen de un literatura descriptiva que las explique: a nosotros nos corresponde darles una acogida.
Relativización de la idea de frontera
En las últimas décadas, el mundo se ha visto drásticamente “reducido” por la irrupción de las nuevas tecnologías. Gracias a Internet, un suceso que tiene lugar en una esquina remota de Alaska se hace inmediatamente conocido a través de una red social en el resto del mundo: es cosa de segundos. Bajo estas condiciones, el espacio es siempre transgredido por una noción de tráfico incesante. La inmediatez es la nueva manera de relacionarnos con el resto de la humanidad. Gracias a los medios electrónicos podemos asistir a una conferencia a miles de kilómetros de distancia, ver la caída de un meteorito en Siberia a los breves segundos de su ocurrencia, vivir el drama de un familia en un lugar que jamás hemos visitado, que sólo conoceremos virtualmente. Lo lejano es cercano, y lo cercano irreconocible tal vez, en este mundo inmediato y sin distancias: ¿Qué función cumplen entonces las fronteras en un mundo alterado por los medios de comunicación que le dan vida? ¿Podemos seguir pensando la idea de frontera como una barrera o impedimento? ¿Es la geografía el único espacio donde entender la frontera? Si lo pensamos al revés, cualquier lugar, por remoto que sea, contiene la posibilidad de convertirse en un espacio central donde toda la multiplicidad del mundo converge para ampliar los horizontes sin necesidad de moverse. Justamente, el trabajo “Deep Space One” de Peter Garfield atraviesa a un lado y al otro la tenue frontera entre lo virtual y lo real.
En lo inmediato, Of Bridges & Borders ha querido replantear las fronteras del espacio expositivo a través del propio desplazamiento territorial que significa emplazar una serie de piezas más allá de los límites de la sala de exposición en distintos espacios de la ciudad. La imponente presencia blanca del “Espiral Nº 3” de Lang/Baumann en los rieles del ascensor Monjas o el “Coliseo de Valpo” de Séverine Hubard, nos recuerdan la disposición de la ciudad como un escenario obligado a replantearse sus fronteras y usos.
Al mismo tiempo, algunas de las obras expuestas nos recuerdan la necesidad autoritaria inherente a los límites territoriales, cada vez que se busca controlar un espacio. Así Till Roeskens nos muestra en su trabajo como la geografía es una extensión de la lucha político social y religioso: un territorio tomado por el viejo conflicto palestino israelí. Patrick Steeger nos sugiere la vulneración de la vigilancia, Jorge Macchi dispone una barrera incapaz de detener nada, Ignasi Aballí resignifica el mundo a través de los términos que lo nombran. Pero tal vez es en la obra de Ai Weiwei donde más relumbra el absurdo de este deseo de control territorial propio de algunas fronteras, cuando buscan imponerse sobre “un lugar en el que nunca se ha estado”, en el que nunca se podrá estar.
En definitiva, Of Bridges & Borders vuelve a preguntar por los límites que nos unen y nos separan. Al hacerlo trata de disponer el trabajo de los artistas como un nuevo campo para el establecimiento de relaciones humanas fructíferas. No es idealismo, sino más bien el deseo de recuperar la capacidad de asombrarse ante las demarcaciones que nos definen, ante los puentes que hemos construido para acceder a otros lugares. Sin un ideario político específico, el trabajo curatorial desea más bien enfatizar la caducidad de las divisiones territoriales y con eso, buscar nuevas formas de entender los canales de circulación en el planeta.
Como señalaba el filósofo francés Jean Baudrillard, vivimos en un mundo lleno de simulacros en el que lo real ha quedado camuflado, confundido con el esquema que lo representa: el mapa adquiere prevalencia sobre el territorio. Al mismo tiempo, los constantes intercambios en un mundo global suponen la reproducción de prácticas culturales híbridas que no se adscriben a un lugar de origen. Por supuesto el intercambio comercial como estrategia de colonización del mundo ha supuesto la expansión de un modo de vida que no respeta necesariamente los modos de existencia local. Más bien eso provoca la constitución de formas de convivencia basadas en la asimilación problemática, en la necesidad de considerar siempre al otro. En ese sentido, gracias a la globalización el mundo pierde puntos de referencia y gana ambientes, zonas de dispersión: el desplazamiento de las fronteras de la tecnología supone que todo es más accesible y menos específico. ¿Es eso cierto? Entonces ¿qué sabemos del mundo hoy? El proyecto Of Bridges & Borders también se lo pregunta.