
Por Perro Peregrino
Estos días invernales, con superávit de lluvias ya, invitan a la lectura. Las siguientes reseñas quieren ser una cordial invitación a conocer a dos autores chilenos.
Armas Arrojadizas, libro de cuentos del escritor residente en San Antonio Marcelo Mellado es una colección de catorce cuentos, de los cuales trece fueron publicados ya anteriormente, y uno (el último) es inédito.
En estos relatos hay muchísima crítica al orden establecido, inclusive a la idiosincrasia del “chilenito”, así como altas dosis de humor corrosivo.
Parece la escritura de un amargado, pero también parece la escritura lúcida de un atrincherado en los extrarradios.
Entre sus páginas podemos encontrarnos con un cantante de canciones cebolla a quien su ex esposa le niega conocer a su hija. Por cuestiones del destino la encuentra un día en que ella llega al bar donde se iba a presentar. Inclusive cantan a dúo una canción. Tiempo después se permite darle alojamiento cuando ella escapa de su casa por estar siendo seguida por aparatos de inteligencia de la dictadura.
También nos encontramos con los miembros de un taller de pintura que reciben a un nuevo integrante quien provoca la envidia de un critico de arte homosexual que los frecuentaba, el que ve como su objeto de deseo entabla franca amistad con el nuevo y hace lo imposible por separarles, al final termina involucrándolos en líos de trafico causando el “casi” fin del taller y por supuesta la gloriosa venganza que no incluye golpes, pero que seguro marca para siempre la existencia del “sapo”.
Otro relato detalla las aventuras de un mecánico de Volkswagen, los conocidos escarabajos, que es contratado para reparar uno de esos autos que participará de un evento en la Argentina.
En otro cuento nos enteramos del viaje que realiza un autodidacta en el cuidado de especies de la costa, así como su expereriencia en el rescate de un supuesto pingüino de Humboldt con el cual, luego de estabilizarlo, emprende un viaje al sur para devolverlo a su hábitat natural, pero al momento de liberarlo cae en cuenta que el pingüino pertenecía a otra especie y por ende el hábitat en el cual lo liberó no era el apropiado, lo cual a todas luces es un completo descalabro.
El relato que da nombre a la compilación nos habla del viaje que emprende un romántico de las armas arrojadizas o que lancen artefactos, como la “honda”, al territorio mapuche y de cómo pasa de ser un mirado en menos a un estratega en la lucha territorial.
Mención aparte para el notable “No iré a Madrid” texto delirante donde el narrador nos cuenta porque nunca ira a dicha ciudad ni a ninguna otra, porque está condenado a estar en un país de mierda. Este es a mi gusto el cuento más portentoso e inclusive el de mayor concentración de humor, aunque humor y crítica en este caso estén ligados como siameses.
En resumen es un libro recomendable de principio a fin.
Por otro lado, Caja Negra de Álvaro Bisama es estructuralmente un libro inclasificable, quizás unido por un hilo casi invisible de referencias e historias negras. Está repartido en trece capítulos divididos en forma de cuenta regresiva y por él transitan personajes e historias oscuras y brillantes, oscuras por la violencia, y brillantes por la ejecución, así como también por el hecho que dentro de tanta violencia haya ignotos momentos brillantes.
Son historias de hoteles malditos que guardan secretos, de un escritor de novelas policiales que luego de la dictadura se retiró u oculto en el campo y allí invento un método poético que consistía en violentar las palabras a través de la tachadura de las mismas, o de los hermanos Mori, directores de cine B de larga trayectoria y con unos cuantos clásicos para los amantes del género.
También encontramos una entrevista al músico que vio sacudida su carrera en el momento en que se presentó en su vida un músico, hijo de una actriz nacional, quien después de una noche de juerga y de hacerse íntimo con otro integrante de la banda los llevó al abismo del horror y la violencia al mostrarles el lugar donde torturaba mujeres y de cómo esto los afectó tanto en el momento mismo de ver in situ a una chica atada y torturada, como todo se fue a la mierda cuando una gruppie que se encontraba con ellos arrancó y dio aviso a la policía.
La misma forma estructural es un caos, ya que nos encontramos con entrevistas, relatos, una especie de diccionario del cine B con personajes (actores, actrices) y películas del género, que filmaron junto a, y fueron creaciones de los hermanos Mori.
En suma Caja Negra es un libro violento, un libro difícil, pero a la vez un libro interesantísimo, que enganchó a este lector desde un comienzo hasta la ultima palabra. En una palabra: Buenísimo.