La jibia: El “último kilo de pan” del mar chileno

Ya casi no quedan recursos marinos en nuestro mar. La industria se ha encargado de su explotación desmedida y los pescadores han sentido el golpe. En nuestras costas regionales, la lucha es hoy por la jibia. Los pescadores se han organizado y quieren incidir en las decisiones del Congreso y difundir su problemática a la ciudadanía. Lo que ellos quieren es un “Nuevo Amanecer”. Así bautizaron a la federación que reúne a cerca de 1500 pescadores dispuestos a enfrentar a los poderosos del rubro. La tormenta, para estos trabajadores del mar, hace tiempo que los azota.

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Escribe Óscar Aspillaga Peralta / Fotografía Nicolás Doddi

El sábado 8 de agosto del 2015, a las 6 de la mañana, Eduardo Quiroz llegó a Caleta Portales, su lugar de trabajo, y miró con asombro cómo las gigantescas olas pasaban por arriba del muelle y entraban con fuerza a la losa donde se guardan los botes. “Me hizo recordar los temporales antiguos”, dice. Los fuertes vientos que atacaban por el noroeste hacían que las olas crecieran cada vez más. Era hora de actuar. Se comunicó por radio con los demás pescadores, trabajadoras y trabajadores, las familias de la caleta y pudieron poner los botes a salvo. A las tres de la tarde no les quedó otra opción que esperar a que el temporal no echara todo abajo. Una semana después, Quiroz hace un recuento: “Los daños son millonarios. Destruyó el alcantarillado, la parte eléctrica, módulos, tabiquería. Además, no solo atacó de frente sino que también por la espalda, por la línea del tren. Se perdieron todos los mariscos, pescados, refrigeradores”.

Los trabajos para reparar los efectos del temporal ya comenzaron. Durarán hasta fin de año y tendrán un costo de 421 millones de pesos. Sin embargo, Quiroz es enfático en señalar que también necesitan que se construya una estructura para resguardar el muelle y la caleta, y así evitar catástrofes como ésta.

Eduardo Quiroz es el director del sindicato de Caleta Portales y el secretario de la Federación Nuevo Amanecer. Tiene 54 años y desde los 18 que se dedica a la pesca. Tiene cuatro hijos a los que pudo educar producto de su esfuerzo en el mar. Sin embargo, explica que hoy el pescador no podría hacer eso. La escasez de los recursos marinos es cada día más grave en nuestro país y los pescadores ya no pueden sustentar a sus familias con el puro trabajo en el mar, por lo que deben buscar otras actividades para percibir ingresos.

Los últimos años, Quiroz los ha dedicado a ser dirigente ya que “alguien tiene que liderar los problemas internos de la caleta, pero también liderarlos a través de la ley”, dice. Según Quiroz es necesario que los pescadores estén más involucrados en la política: “Hay que estar muy atento porque hemos cometido errores garrafales. Nos hemos dedicado a ser dirigentes de las caletas, pero la política se hace en el Parlamento. Hay que preparar a los dirigentes para que no sintamos que nos están metiendo el dedo en la boca”.

La guerra de la Jibia

El año 1996, cerca de 1500 pescadores artesanales de las caletas Sudamericana (la que tuvo que dejar su lugar en el Puerto Valparaíso y trasladarse a Quinteros debido al próximo Terminal 2), Higuerillas, Montemar, Portales, Membrillo y de San Antonio formaron la Federación Nuevo Amanecer. Su objetivo era defender la merluza común de su depredación por parte de la industria pesquera y frenar su agotamiento en nuestro mar. Debido a esta situación, a partir del año 2001, los trabajadores de la caleta Sudamericana comenzaron a pescar la jibia, un molusco parecido al calamar que puede llegar a pesar unos 15 kilos y que es apetecido por los mercados asiáticos. Pero como ya casi no había merluza, la industria pesquera también puso sus ojos en la jibia.

“Agotaron el jurel y luego la merluza. Entonces la pesca industrial se dio cuenta de que la jibia era rentable. Entraron al negocio, pescaron con sus barcos y dejaron la cagada”, explica Eric Parra, pescador de la ex Sudamericana y dirigente de Nuevo Amanecer. La situación ya era insostenible para los pescadores artesanales. El año 2012, el entonces Ministro de Economía, Pablo Longueira, estableció una cuota de pesca de la jibia de un 80% para los artesanales y un 20 para la industria. “Pero, después del 2014, la industria se puso a pescar a destajo”, acusa Parra. Es decir, más de lo que le correspondía.

Este 2015, nuevamente se fraccionó la cuota en un 80 y 20%. Según explica Parra, el problema es que las 40 mil toneladas de jibia que corresponden a la industria son pescadas en solo un par de meses, llenando los mercados y provocando una crisis de venta entre los pescadores artesanales. Además, como los procesos productivos de las grandes pesqueras son más eficientes que los artesanales, el precio de la jibia que ofrece la industria es mucho menor al ofrecido por los pescadores.

Lo que ahora piden los pescadores artesanales es igualdad de condiciones: que tanto ellos como la industria pesquen con potera y línea de mano. La línea de mano es la forma en que los pescadores han trabajado a lo largo de su historia y consiste en una línea y un anzuelo. Cuando el pez engancha en el anzuelo, se debe sacar del mar con la mano, a pura fuerza humana.

La Cámara de Diputados aprobó el 7 de julio, en sesión especial, el Proyecto de Acuerdo 400, iniciativa de los diputados Víctor Torres (DC) y Daniel Núñez (PC), para solicitar al Subsecretario de Pesca y al Ministro de Economía que se elimine la pesca de arrastre respecto a la jibia, y así la línea de mano sea la única forma de extraerla. La iniciativa aún espera una respuesta.

Por su parte, los senadores Rabindranath Quinteros (PS), Carolina Goic (DC) y Adriana Muñoz (PPD) proponen una modificación a la Ley de Pesca, también conocida como “Ley Longueira”. Miguel Ángel Hernández, presidente de la Federación Nuevo Amanecer, explica que los cambios propuestos son para que “vuelvan los recursos del Estado al dominio público”, ya que, según Hernández, “esta ley le entregó a perpetuidad los recursos pesqueros a 7 familias, recursos que nos pertenecen a todos los chilenos”.

Estas iniciativas parlamentarias han surgido gracias al nivel de organización que han alcanzado los pescadores, logrando incidir en la política y llamando la atención de la opinión pública con grandes protestas como la realizada en Portales el 18 de mayo pasado. Para la Federación no hay otro camino, de otra forma, han declarado, se quedarán “sin el último kilo de pan que está quedando en el mar chileno. Está en manos de la Presidenta Bachelet”.

“¡A leer e informarse!”

El 7 de agosto, en el Consejo de la Cultura y las Artes de Plaza Sotomayor, la Federación de Pescadores Artesanales Nuevo Amanecer lanzó su propio medio de comunicación, una publicación gratuita llamada Línea de Mano, que nace para ser “la voz de los pescadores de la Región de Valparaíso”.

La editorial de su primer número señala: “Línea de Mano es un periódico dirigido a los pescadores artesanales de la Quinta Región y de Chile entero, donde hablan nuestros dirigentes y donde se deja en claro que en la pesca no solo está el futuro de nuestras familias, sino de una sociedad entera que se la está jugando para lograr un país más sustentable y democrático. ¡A leer e informarse, solo así podremos retomar el papel protagónico que durante años tuvimos en el concierto económico de Chile!”.

*Reportaje publicado en La Juguera Magazine nº 12

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