Suave e intensa como sus canciones, Javiera Electra, artista disidente, es conocida por sus performances en ollas comunes de Valparaíso y espacios de resistencia LGBTIQA+. Es oriunda de Rancagua pero ahora su vida fluye en el puerto. Este año participó en el Festival Pedro Lemebel y recientemente en el Festival Interestelar Polaris, donde presentó sus temas “Lágrima del sol”, “Ámbar” y “a’mar”. Hoy prepara su primer tour que inicia en octubre y que recorrerá varias ciudades de Chile.
Por Jonathan Galarce/ CápsulaCuir
Foto, crédito: Pablo Montt @monttpablo
Algunas veces con vestidos largos de una pieza, pelos flúor y un poco de maquillaje. En otras, con visores negros que cubren la mitad de su rostro, también con brillantina de colores en la cara y cabellos dorados. Javiera Electra, cantautora de Valparaíso, nos hace adictxs a la fantasía. Una juglar cyborg que rindió tributo a la icónica performance de Leigh Bowery, donde simulaba un parto con expulsión de feto y todo, junto a Maldición y Azul Felino. Electra hizo esto mientras interpretaba “va’salvar”, para luego hacer de su espectáculo una fiesta al ritmo de Lágrima del sol. Esa tarde recibió la ovación del público en Avenida Brasil del puerto, mientras la acompañaban Alondra Noctvrna, Sabál y SEA.
Su arte contestario ha estado marcado por apoyar las causas disidentes. Este año participó en la obra “El fuego que llevamos dentro” de Teatro a la Deriva, para mantener viva la memoria de Nicole Saavedra, víctima de lesbicidio en el año 2016. Ella ve la música, como ve al teatro. En su rol como cantautora cree necesario que la escena musical integre a más referentes LGBTI, y en ese camino se encuentra ahora con su proyecto artístico y el tour que iniciará en octubre con rumbo a Concepción.
–Te conocemos en el espacio público, eres la Javi Electra de la plaza, que resiste en las ollas comunes, pero ahora hay una transformación, incluso te acompaña una banda.
-Siempre ha sido mi ideal colaborar con otras personas (se retracta) bueno, no siempre, pero la música sola es muy difícil. Es muy hermosa la sincronización que se da con les musiques porque todxs están luchando o haciendo un esfuerzo para que suene algo, están todos en su volá, están todxs sintiendo sus instrumentos para que haya música y me fascina, lo he admirado caleta. Cuando cantaba sola con pistas siempre pensaba en que tenía que estar acompañada de una banda, en un momento lo declaré y pasó. En mayo conocí a Javier Fontaine, y caché que tocaba unos temas que yo cantaba de la Natalia Lafourcade, unos boleros antiguos que la Natalia reversionó como Alma mía, y Soledad y el mar. Le dije “vamos a tocar a la mounstriolla”. Fuimos y la pasamos súper bien, después había dos personas más que tocaban percusión, fue muy orgánico. Se armó todo el sonido hermoso que es ahora.
–En tus tracks que se escuchan en internet hay mucho de indie pop, electro…¿Cómo te encontraste con estos sonidos?
-El tema de los géneros como que me complica a veces, porque no entiendo muy bien cuál género es cuál. Yo creo que tengo mi raíz musical en el folclor y me interés musical, la música que me llama y me motiva es la música electrónica, como lo que veía en la tele: la Gwen Stefani, la Miley Cyrus, la Britney, después más grande, David Guetta, Rihanna. Mi primera infancia, hasta mi pre adolescencia estuve mucho en el campo en la casa de mi madrina en Rengo y mi madrina es feriante, entonces todo el tiempo cuando la acompañaba a trabajar se escuchaba cueca, cumbia, corridos, las rancheras que es lo más común. Esos sonidos están muy metidos en mí, entonces si agarro una guitarra, posiblemente, lo primero que haga sea tocar eso. Y ahí hago la conexión con los otros sonidos que me llaman la atención, lo estruendoso de la música electrónica de mis referentes europeos, o si son chilenos, la Javiera Mena o el Alex Anwandter, que es electrónico pop, pero más calmado. Mis referentes europeos son SOPHIE que me encanta cuando tiene estas texturas que no sabes qué está tocando, si está tocando una motosierra o un teclado. Esas cosas me llaman mucho la atención y unir el folclor, lo acústico o la guitarra con esas cosas tan estruendosas.
-¿En qué piensas cuando escribes tus letras? Hay mucha rabia, y es bueno también…
-Yo creo que, en primer lugar, hay una necesidad de expresión y de materializar un sentimiento que está atrapado. Verlo y después cantarlo. Siempre digo que cantar es como gritar, es como la forma linda de gritar, porque si yo saliera a la calle gritando, la gente me diría “oh, la weona loca”. Y luego, ya son como situaciones e inquietudes, por ejemplo, Ámbar y Lágrima del sol son las dos primeras canciones del disco que hacen referencia a mi nombre, que es Electra. Ámbar naranjo significa Electra, y lágrima del sol significa Ámbar por la forma que tiene, es una gotita dorada, fosilizada. Lágrima del sol es la canción que para mí habla de la identidad, la metáfora que hace con el ámbar es que una demora muchos años en formarse, y aun así somos fáciles de romper.
–Igual se configura una forma de aparecer performático…
-Es que una travesti, una persona trans, un maricón, sale a la calle y la existencia es totalmente política. Yo no necesito estar con un cartel ni nada para resistir en la calle, porque salgo y ya. Siento que nuestra comunidad se abraza mucho de eso para poder resistir, salir y pegarse el show, lo he visto en muchos artistas acá. Creo que mi proyecto en particular es muy calmo y a la vez es muy violento, es como una rabia que hay, puedo estar cantando muy bien y de repente me pego el grito, es muy teatral. Yo estuve estudiando teatro y me salí, pero igual terminé trabajando en una obra este año, me invitó Sebastián Ayala, director y dramaturgo de acá, la obra se llama El fuego que llevamos dentro y lucha por mantener la memoria de Nicole Saavedra viva, por recordar que hay una mujer lesbiana que fue asesinada y que no tiene justicia, y que hay un weón en la cárcel que tiene celular. No tenemos a Nicole hace más de cinco años, hay una rabia.
Yo cuando partí cantando en Valparaíso lo hice en el Metro y cantaba solo una canción que era Manifiesto, de Alex Anwandter. Esa canción me trajo muchas situaciones muy brígidas y muy buenas, sobre todo para el interior que es donde hay mayor violencia, donde están todas las mujeres lesbianas sin justicia, María Pía Castro, Susana Sanhueza, la Nicole Saavedra. ¿Dónde quedaron todos esos nazis culiaos que andaban matando lesbianas y maricones? Están ahí, no se han ido, ahora tienen familia probablemente, pero están aquí en la región, porque ninguno está preso. Te enfrentas a situaciones brígidas, una vez un tipo prácticamente me amenazó de muerte, me dijo algo como “si yo hubiese sido skinhead aún estarías en peligro”, todo porque yo había usado palabras como “weón” y eso era muy violento para él.
–En junio hiciste un streaming para Festival Polaris. ¿Cómo fue este devenir digital?
-Fue súper entretenido, el proyecto Javiera Electra comenzó en junio del 2020 formalmente, porque hice un concierto virtual a través de Zoom, y ocupé la casa de mi mamá como un teatro. Ella me apañó con la cámara del celu, yo puse papel celofán en las ampolletas led y teníamos un cuarto morado, un cuarto rojo, un cuarto verde y cada cuarto tenía un sentimiento distinto. Fue entretenido en ese momento para dar a conocer el proyecto. El segundo show virtual que tuve fue el Festival Pedro Lemebel que organiza el MUMS Valparaíso. Fue una experiencia hermosa porque pude trabajar con Laboratorio Incógnito, fue súper entrete trabajar con audiovisuales trans y que todo fuera con el mismo fin. Después se volvió tedioso conseguir el equipo porque yo no tengo equipo pa’ na, no tengo ni computador bueno, no tengo interfaz ni micrófono, entonces siempre hay que andar dependiendo de terceros. Además, es una falsa ilusión de música en vivo, cuando estay en un LIVE la conexión se puede cortar, una lo graba y después lo transmiten. Se dice en vivo porque quizás lo tocaste de principio a fin, pero no. Es lo mismo que pasa con las obras de teatro que se transmitieron online, se cuestiona si es teatro o no. La verdad, ahora en este punto de la vida no volvería a hacer una presentación virtual, la última fue la del Festival Iberotuanis que la grabamos muy rápido en una tarde, después llegué a editar y mandarlo. De repente se siente un poco vacío, yo soy más del intercambio con la gente, que la gente se ría, te diga algo. (La transmisión online) es un complemento además porque ahora te lo exigen, o sea si postulas a un fondo o a un festival igual tienes que poner tu presentación online.
–¿Cómo ves el panorama para proyectos musicales que se levantan desde las disidencias?
-El apañe es entre nosotres mismes. Si tú postulas a un fondo no puedes ser subjetiva y ser subjetivo significa poner que yo soy trans porque probablemente eso sea tomado como una postura política. Yo no puedo decir, por ejemplo, de lo que tratan mis canciones, porque pueden que me digan que necesitan cosas concretas. El apañe está entre nosotres. Las oportunidades con industrias más grandes son súper complicadas. Es difícil que vayas a ver a una persona trans como en el nivel que está Arca, que es venezolana y está en Barcelona, que trabaja con Kanye West, Björk, una élite. Hay hartas artistas trans en Brasil como Linn da Quebrada que me encanta, son más under pero igual tienen una industria, porque el país lo permite, tiene tanta población que obviamente habrá alguien que querrá verte.
–Ahora también te están embarcando en un proyecto, y tratando de obtener un fondo.
-Es que de otra forma es un crowdfunding, o sacándote la chucha muchos años. Yo tengo harta confianza en mi proyecto, y en las redes que he construido, y lo que yo quiero es ocupar el espacio que han ocupado los heteros toda la vida. ¿Cuántos años llevamos viendo a Los Tres, a Los Bunker, Pedropiedra? Y los artistas gays o lesbianas también han sido los mismos, la Javiera Mena que la amamos caleta, pero la vemos en todos lados. No me da miedo que me digan que me vendí, yo necesito ganar plata y vivir de esto. Me encantaría tener un equipo y que todas las mariconas tengamos trabajo y que vivamos del arte. Sería hermoso.
–Te hemos visto participar en acciones de resistencia ¿Crees que esta forma de hacer colectividad marca un precedente en la lucha disidente porteña?
-Yo creo que hay una necesidad de encuentro, saber quiénes somos, apañarnos, tratar de hacer comunidad y decir “yo a esa marica la he visto”, y no es necesario que seamos amigas entre todas, pero al menos sabemos quiénes somos. Al final todas somos pobres, no tenemos donde caernos muertas y necesitamos apañarnos entre nosotras. Igual tenemos que ver caso a caso las personas o las situaciones. Yo no sería capaz de excluir o cancelar a una marica pobre de la comunidad.
–Estamos hablando de la política de la funa…
-Sí, la cancelación, la funa. Es complicado. Yo me lo cuestiono, prefiero que sea conversado, no es necesario que sea algo público y que todo el mundo tenga cancelada a esa persona porque anulas su existencia. ¿Cómo anulas la existencia de una persona que no existe para nadie, solamente para elle misme y para las personas que somos parte de lo mismo?. Para el Estado no existimos. Probablemente si a un hombre trans que no ha cambiado su carnet lo matan en Valparaíso, lo van a tratar de mujer, ¿y quién va a dar la cara por esa persona para decir lo contrario? Tenemos que conocernos, saber quiénes somos, esa es la necesidad principal, y de pegarse el show (risas).
–Cuéntanos sobre el tour que inicias en octubre.
-Estamos trabajando en un mini tour que va a durar dos semanas, y vamos desde Valparaíso hasta Concepción. Allá vamos a hacer redes, empezar a generar lazos, que la gente conozca el proyecto, que se genere también un intercambio económico, es decir, hacer una tocata y que todos tiren su paño, que vayan otras bandas también a presentarse. Lo ideal es que nos conozcamos porque este es un país súper chico, es súper fácil conocernos entre todos. Partiremos en octubre en Valparaíso, luego Rengo, Rancagua, Curicó, Chillán y finalmente Concepción.
Si deseas apoyar a Javiera Electra en su próximo tour, puedes hacerlo a través de su Cuenta Rut: 19.851.805-0 (Electra Hernández)
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